¿Quien fue Jesús Enrique Lossada?
Acá te diremos todo!
Jesús Augusto Enrique del Carmen, hijo de la maestra Maria Luisa Lossada, tejedora de soles de Maracaibo, llegó al mundo el 15 de julio de 1892. Dicen las historias que Jesús Enrique era hijo de un sacerdote, llamado Joaquin Urdaneta, pero debido a la época (bastante conservadora) el nombre del padre de Lossada nunca fue develado por su madre. Sin embargo, Maria Luisa tenia una meta clave para su hijo: recalcar la importancia del aprendizaje y del conocimiento, a través de la educación; es por esto que decide inscribir a su hijo en el Colegio Federal de Varones, donde luego recibió el titulo de bachiller en el año 1912.
Fue bibliotecario del Colegio. Su versatilidad le insta a fundar, junto con algunos de sus compañeros, las revistas Principios y Psiquis. Luz permanecia cerrada y no fue sino hasta 1917, cuando se inscribio en la Universidad de los Andes para estudiar derecho. Sin embargo, cuando salió de bachillerato, no pudo de inmediato continuar estudios científicos por encontrarse cerrada la Universidad del Zulia y por no permitir su estado económico trasladarse a Caracas o a Mérida. Pero, en 1917, se inscribió en la Universidad de los Andes, acogiéndose al recurso de permitírsele estudiar en Maracaibo, en privado y trasladarse cada año a Mérida a presentar los exámenes correspondientes.recibiendo su titulo de abogado el 03 de junio de 1921.
Esa avidez por el conocimiento universal nutrio sus perspectivas gracias a la Ilustracion, ''nada humano me es ajeno'' vendria a convertirse en el lema de Jesus Enrique Lossada, configurando asi su mision y vision del mundo que habitaba. La historia, el periodismo, las bellas artes, la filosofia, la politica, las ciencias en todas sus ramas y saberes, ayudaron a desarrollar el genio de este hombre.
En el discurso de reapertura de la Universidad del Zulia, pronunciado el primero de octubre de 1946, dijo el Maestro: ''Las universidades contemporaneas tienen que administrar grandes tesoros del pensamiento, que explorar inmensos veneros de experiencia cientifica y que ejercen una influencia social orientadora, de finalidad etica, humanistica y patriotica. No han de resignarse a ser simples casas manufactureras de doctores y profesionales (...) han de preocuparse con autentico interes por suscitar dentro de sus claustros el amor a la investigacion, a la caza de nuevos aspectos de los fenomenos, al libre divagar de las inteligencias...''
La Constitución de 1947 es
redactada por Lossada, quien también contribuyó a la configuración del poder
electoral en Venezuela. “El introdujo el concepto de referéndum revocatorio y
pensó en la participación decisoria a partir del voto”,
Como una catarata, desbordó su acervo cultural cristalino en
el periodismo, en la historia, en la política, en las artes, en la filosofía,
en las ciencias; estos es, en las manifestaciones más sobresalientes
proyectadas sobre el horizonte del país. Afines fueron su corazón y su cerebro. Había en él la pureza argentina
del cristal y su intelecto tenía la fortaleza de un monumento monolítico.
Desvestido de toda vanidad, no llegaron a alcanzar los contornos de su
existencia las pasiones humanas ni el egoísmo muy propio de los hombres. Era
como una torre enhiesta, firme, vertical, desde la cual la luz de su palabra
maestra ilumino el terruño y lo encauzó para que siguiera el camino del porvenir.
Su fuerza moral tuvo la altitud de las montañas. Ruido de alas eran sus
pensamientos. Su virtud y su honradez, su verbo y su aptitud, su sencillez y su
conducta, fueron columnas indestructibles del edificio de su personalidad. Fue
un apóstol del bien y un esclavo del saber. En el ejercicio de las altas
funciones públicas fue un gran apasionado por la causa del pueblo. Fue un
paradigma de nobleza y de dignidad cívica.
Horas antes de pronunciar un discurso o una conferencia o de
recitar un poema ante el público, no había hecho nada. De pronto, apremiado, se
ponía a escribir, se absorbía de manera que no escuchaba lo que acontecía a su
alrededor y salía disparado con las cuartillas frescas a presentarse ante el
auditorio. No le gustaba someterse a un escritorio para escribir, lo hacía en
cualquier parte, que de no tener, se hubiera echado en el suelo. La mayor parte
de sus escritos los hizo sobre sus rodillas. Ordinariamente, se sentaba en una
hamaca, cruzaba las piernas dentro apoyaba sobre la rodilla saliente una superficie
lisa debajo de las cuartillas; escritas estas las dejaba caer sobre el piso. Le
costaba más recogerlas y ordenarlas que escribirlas".
Su obra escrita. Su labor literaria se acentúa. Desde su revista "Principios" emprende un camino brillante. Buena parte de su obra esta dispersa en periódicos y revistas de dentro y fuera del país. Algunos de sus trabajos más sobresalientes, pueden refundirse así.
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